En 1988, el Picker Institute acuñó el término "atención centrada en el paciente", y comenzó su tarea con una investigación que determinó cuáles eran los ocho principios que definen mejor la calidad asistencial desde la perspectiva de los pacientes, el resultado de la cual (resumido) fue:
- Respeto por los valores, las preferencias y las necesidades de los pacientes.
- Recibir los servicios de manera coordinada e integrada.
- Disponer de información relevante de manera clara y comprensible.
- Conseguir la máxima calidad de vida posible, con especial atención al alivio del dolor.
- Disponer de apoyo emocional para afrontar el miedo y la ansiedad.
- Implicar familiares y amigos en el proceso del paciente en la medida que él lo crea oportuno.
- Recibir atención continuada independientemente del punto de atención.
- Obtener la máxima accesibilidad posible a los servicios prescritos.
Tres décadas más tarde, los modelos de provisión de servicios sanitarios todavía están muy lejos de los ocho puntos pickerianos. Por lo tanto, si la atención centrada en el paciente es un concepto que debe ir más allá de los discursos inaugurales de los congresos médicos, sólo tenemos que deconstruir el modelo actual para reconstruir uno nuevo de raíz pickeriana.
Jordi Varela
Editor
Totalment d'acort.. aquesta frase ja anirem canviant...i que passa mentres durant aqeust anys vas decidint que vas canviant.
ResponderEliminarAra ja se sap com fer-ho...ni es vol ni hi ha voluntat. JA s'ha tingut prou paciència
Acuerdo con todo ello pero también me gusta mucho el concepto de atención centrada en la persona que están adoptando desde la enfermería y los que tratamos con personas con trastornos cognitivos (desarrollado por Tom Kitwood en 1997 en respuesta a la necesidad de revisar los modelos de atención social y sanitaria. Pone su énfasis en la importancia de empatizar con la persona, valorar sus necesidades y permitir el desarrollo de su independencia, de su individualidad y su autonomía y señala la importancial del entorno).
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