A pocas semanas de la elección de plazas de especialidad en medicina ("MIR"), un conocido, diría un amigo, en una conversación, me ha resumido su trayectoria académica. Había sido uno de los 5 primeros clasificados en el ranking de acceso a la carrera de medicina de la Universidad de Florencia. Sucesivamente, con escaso entusiasmo por las interleukinas o para el diagnóstico diferencial de los nódulos tiroideos, había sido un estudiante disciplinado, logrando finalmente la posibilidad de elegir casi cualquier especialidad. En quinto de carrera, sin embargo, un encuentro le marcó el camino. Durante la rotación de geriatría, asignatura obligatoria en Italia, desde hacía años, se dedicaban las mañanas de una semana a hacer mini-rotaciones por diferentes recursos geriátricos. Entre otros, mi amigo visitó:
- Recursos hospitalarios, como la UCI de Cardiología Geriátrica del hospital universitario, absolutamente atípica, fue la primera UCI de Italia que dispuso de contrapulsación aórtica y, al principio, dedicaba toda la intensidad de cuidados necesaria a los pacientes que, por condiciones de base y pronóstico, pudieran beneficiarse de ello, independientemente de la edad, y, por otra parte, limitaban el esfuerzo terapéutico cuando era oportuno. No sin motivo, en aquel momento, muchos geriatras eran buscados por servicios de intensivos o de urgencias. O la Unidad Geriátrica de Agudos, con un gimnasio incorporado a la planta para trabajar la movilidad y la función de los pacientes, además de tratar la patología médica.
- Todo un mundo de recursos extra-hospitalarios, observando el verdadero trabajo en equipo en la rehabilitación post-aguda, hasta el centro de día y la residencia, en la vertiente más social, construidos junto a una escuela para favorecer la interacción intergeneracional, aspectos que he comentado en otros posts, y que siguen siendo actuales.
- En un hospital comunitario más pequeño, donde los estudiantes tenían que conocer los servicios geriátricos con extensión territorial, el adjunto designado como tutor de la práctica se llamaba Luigi Ferrucci. El Dr. Ferrucci se presentó y añadió que lo único que podía enseñar era lo que estaba haciendo en ese momento. Llevó a los alumnos a un despacho minúsculo, donde manejaba datos de incidencia de enfermedades crónicas, de comorbilidad y de discapacidad de una muestra de viejos de la Toscana, como base para plantear la necesidad de recursos sanitarios por encargo de la Región, enfatizando la importancia de este enfoque de cara al futuro. Así mi amigo, de la mano del que posteriormente sería el director científico del Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos, descubrió que desde la geriatría, debido al cambio demográfico y epidemiológico, también tocaba influir sobre políticas sanitarias y organización, además de hacer investigación epidemiológica en ámbito clínico y preventivo.
Cuando fue su momento, mi amigo jugó a cara o cruz entre psiquiatría y geriatría, ya que las dos especialidades compartían la visión holística de la persona y la extensión extra-hospitalaria, y, gracias a ese encuentro de 5º de medicina, se decantó por geriatría.
- Otras especialidades descubren la importancia del trabajo geriátrico y de la investigación en geriatría para mejorar sus resultados: un ensayo clínico publicado en el British Journal of Surgery hace 15 días demuestra que una valoración y orientación geriátrica en el preoperatorio reduce las complicaciones y acorta la estancia en pacientes sometidos a cirugía vascular (aneurismas aórticos o arterias periféricas).
- Los geriatras y gerontólogos somos buscados como partners expertos para programas de investigación internacional que tienen el envejecimiento como prioridad.
Mary Tinetti, geriatra de referencia a nivel mundial, en un editorial reciente predica que los geriatras deben ser generosos y compartir sus conocimientos profundos, desde la prevención, el manejo de la complejidad, hasta la paliación, con todos los que lo necesite, para conseguir que los sistemas de salud se centren en el valor. Esta idea refuerza claramente la transversalidad de esta especialidad.
Ya escribí en un post previo que la geriatría debería ser una medicina de alta precisión, ya que un geriatra, aparte de ser buen clínico, debe tener visión integral y multifactorial, debe considerar el pronóstico de la persona y sus deseos, contextualizar la evidencia, y a menudo trabajar con la familia y el entorno para esclarecer una gama de grises, con respuestas que los libros de medicina no saben dar. También debe trabajar en equipo y a menudo liderar uno. Y en muchos casos es llamado a compaginar estas tareas con investigación, clínica y epidemiológica, con innovación en modelos asistenciales e intervenciones complejas, y con la planificación sanitaria y la organización, aspectos a los que mi amigo finalmente se dedicó en un país cercano.
No habría enseñado mis propias vergüenzas al espejo, con los muchos ojos indiscretos de este foro si, a casi veinte años de aquella elección, no estuviera convencido de que los médicos que se encuentran en la circunstancia de tener que escoger plaza del MIR, dentro de pocas semanas, tendrían el derecho de conocer la relevancia y la satisfacción, ahora y para el futuro próximo, que conlleva dedicar la propia trayectoria profesional al envejecimiento, y la riqueza de posibilidades que pueden dar respuesta a intereses y perfiles muy variados. Este derecho, desgraciadamente, en España y en Cataluña, a menudo es negado por un sistema académico del paleolítico, que enseña nuevos conocimientos de una medicina superada, y acaba generando buenas respuestas asistenciales, aunque no siempre centradas en la persona, con un sobreesfuerzo inalcanzable para el sistema de salud. El sistema italiano claramente no es modélico, pero está carcomido por otros motivos.
No habría enseñado mis propias vergüenzas al espejo, con los muchos ojos indiscretos de este foro si, a casi veinte años de aquella elección, no estuviera convencido de que los médicos que se encuentran en la circunstancia de tener que escoger plaza del MIR, dentro de pocas semanas, tendrían el derecho de conocer la relevancia y la satisfacción, ahora y para el futuro próximo, que conlleva dedicar la propia trayectoria profesional al envejecimiento, y la riqueza de posibilidades que pueden dar respuesta a intereses y perfiles muy variados. Este derecho, desgraciadamente, en España y en Cataluña, a menudo es negado por un sistema académico del paleolítico, que enseña nuevos conocimientos de una medicina superada, y acaba generando buenas respuestas asistenciales, aunque no siempre centradas en la persona, con un sobreesfuerzo inalcanzable para el sistema de salud. El sistema italiano claramente no es modélico, pero está carcomido por otros motivos.
Entonces elegí geriatría, y por eso ahora me adhiero a la campaña de twitter #yoelijogeriatría, esperando que llegue al máximo número de indecisos posible a la hora de escoger plaza de MIR, aparte de tirar de las orejas de los planificadores sanitarios y académicos.
Mi más sincera enhorabuena por el post, Marco. Yo volvería a elegir geriatría de nuevo, no tengo ninguna duda!!!
ResponderEliminarGracias Nico, es una lástima que, con tantas cosas que hay que hacer, tenemos profesionales excelentes que, después de otras especialidades, se iluminan 'en la vía para Damasco' de los ancianos y la geriatria, y para cada uno de ellos otros 20 que también lo harían no caen porqué ni siguiera tienen oportunidad. Pero seguimos con ilusión!
ResponderEliminarMarco! Un gust llegir-te!!Totalment d acord!
ResponderEliminarRecentment també se m' ha fet evident que encara hi ha un important desconeixament de l'especialitat entre els futurs MIRs. Com bé dius, cal seguir donant a conèixer l'especialitat!.. només així tindran l'oportunitat de poder-la escollir! Agafo unes paraules del professor Ramon Miralles: estudiants (ara ja llicenciats...) i ancians s'ho mereixen!
Cal seguir fent camí!
Marco! Un gust llegir-te!!Totalment d acord!
ResponderEliminarRecentment també se m' ha fet evident que encara hi ha un important desconeixament de l'especialitat entre els futurs MIRs. Com bé dius, cal seguir donant a conèixer l'especialitat!.. només així tindran l'oportunitat de poder-la escollir! Agafo unes paraules del professor Ramon Miralles: estudiants (ara ja llicenciats...) i ancians s'ho mereixen!
Cal seguir fent camí!
Felicitats Dr. Inzitari pel post i per la feina que feu al Pere Virgili que conec de ben aprop. Enhorabona pel prestigi que heu aconsseguit, per les col.laboracions que feu amb entitats de gent gran, per la visió que teniu de cara a millorar la qualitat de vida de la gent gran i pels professionals que hi treballeu. Es nota que creieu en el projecte, en la feina que feu. I les administratives de recepció són un exemple de bona acollida i bona gestió burocràtica.
ResponderEliminarPresent López Ferrer
Enhorabuena y totalmente de acuerdo, en mi consulta de la Unidad del Dolor la edad media de mis pacientes es superior a los 70 años y los conocimieñtos geriatricos son imprescindibles. Sin duda necesitamos que los geriatras expandan su saber y enseñen a todas las demas especialidades
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