David Font
Para llevarse a casa
Foto: Alejandro García (EFE) |
Escucho como Eric Topol, cardiólogo fundador y director del Scripps Research Translational Institute, señala en Eric Topol and the Future Of Medicine que las vías clínicas basadas en medias y en estudios poblacionales contienen errores, con el ejemplo de la cantidad de sodio en la dieta que las vías de cardiología recomendaban tiempo atrás. Explica como la medicina personalizada, combinando las diferentes plataformas diagnósticas y centrada en el individuo, modificará –y ya empieza a hacerlo– el abordaje diagnóstico y terapéutico de las enfermedades. Y como Samsung, Google y Apple integrarán los datos en sus plataformas para ser verdaderos asesores de salud. Como lo fue la hija que diagnosticó un bloqueo cardíaco a su madre con un electrocardiograma practicado mediante un reloj. Habla de cepillos de dientes que envían información a tu dentista sobre si te cepillas correctamente o de tenedores que te indican si comes demasiado rápido y masticas bien. Dispositivos y plataformas hacia una medicina preventiva, predictiva y personalizada radicalmente diferente de la tradicional.
Reviso el planteamiento de proyectos del MIT Operation Research Center y el MIT’S J-Clinic en inteligencia artificial (IA) en salud como el de optimizar la gestión de las camas integrando datos de ocupación de las mismas y datos clínicos para anticipar altas y proponer acciones con 5-7 días de anticipación y con capacidad de resolución hora a hora. Y el de optimizar la ubicación del paciente en el recurso más adecuado del sistema sanitario. Proyectos de ciencia ficción.
Con relación a la transformación organizativa, leo el post de Jordi Varela “Los servicios médicos, un anacronismo”, de septiembre de 2021, en el que plantea, inspirándose en los últimos artículos de Michael Porter y Thomas Lee y en la lectura de Corporate Rebels. Make Work More Fun –libro muy recomendable– que los servicios tienen que dejar de ser órganos de gestión y que las unidades clínicas funcionales han de tomar el timón. Plantea también que la cirugía programada y los servicios diagnósticos y de rehabilitación deben gestionarse con criterios de factory.
En el Hospital Clínic seguimos trabajando en el Nuevo Universo Clínic con la visión de ser un Clínic próximo, inteligente, sostenible y pionero. Pedimos a los profesionales historias sobre cómo seremos a 10-15 años vista con relatos parecidos a los de Hannah Wilson. En paralelo, diferentes proyectos presentados a los premios internos de innovación abordan transformaciones basadas en la IA y proponen nuevos dispositivos en línea con la presentación de Eric Topol.
Todos estos estímulos me llegan en un momento en el que una comisión con representantes del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, del Ayuntamiento de Barcelona y de la Diputación de Barcelona ha analizado la necesidad de un nuevo Clínic y las posibles alternativas de localización en la ciudad de Barcelona. Analizamos hoy como tiene que ser un nuevo hospital que deberá ser una realidad dentro de 10-15 años y ser funcional y sostenible durante muchísimos años. Me pregunto cómo, a la hora de realizar su plan funcional, hemos de tener en cuenta todas las ideas recogidas en este post. ¿Cómo lo hacen otros centros? Parece obligado tenerlas en cuenta, pero es complejo y requiere visionarios valientes como J. F. Kennedy. Imprescindible escuchar su discurso del 12 de septiembre de 1962 en la Rice University en el que planteó como llegarían los americanos a la Luna siete años antes de que eso sucediera.
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