¿Qué podemos hacer cuando las reformas quedan cortas? Esta es una pregunta que muchos nos hacemos cuando las rigideces y las burocracias nos enseñan su cara más sórdida. Sin ir más lejos, la integración de servicios y el trabajo comunitario es el único camino (pienso que en esto no hay disidentes) para atender adecuadamente a los pacientes crónicos complejos, pero a la hora de la verdad resulta que los niveles asistenciales, las competencias profesionales y la fragmentación de las especialidades médicas están siendo un freno para el avance de las reformas necesarias.
En ello he pensado cuando he leído que The Guardian acaba de publicar un libro de John Foot, "The man who closed the asylum" que relata la vida de Franco Basaglia, un psiquiatra con una fuerza emprendedora excepcional. Durante la guerra, dice el autor, Basaglia estuvo encarcelado por antifascista y esta experiencia fue clave para que cuando le nombraron director de un manicomio, a principios de los años sesenta, se diera cuenta de que la psiquiatría que se practicaba en aquella guarida era de raíz y de formas carcelarias.
Franco Basaglia abrazó las ideas de la anti-psiquiatría y en su primer día como director del manicomio de Gorizia, ya rehusó firmar órdenes represoras, empezando a trabajar para la democratización de la vida interna de la institución desde el primer momento. Dice su biógrafo que el entusiasmo transformador de Basaglia y de sus colaboradores (incluida su mujer) era arrollador. Las fuerzas reaccionarias le plantaron cara, pero él lo tenía claro: los manicomios no se podían reformar, se tenían que abolir. En 1978, poco antes de morir con sólo 56 años, logró que el parlamento italiano aprobara la ley que lleva su nombre, y que supuso el desmantelamiento de todos los manicomios italianos, y de rebote los de los países europeos (ver post: Salud mental, la transformación más contundente).
Si disponen de seis minutos no duden en pinchar este video, narrado por John Foot el autor del libro sobre Basaglia, sobre el cierre de manicomios en Italia
Volviendo al principio, a la necesidad de ir más allá de las reformas para los pacientes crónicos complejos, pienso que convendría recuperar el espíritu Basaglia, en el sentido de que se debería abolir lo que hacemos ahora para, como la anti-psiquiatría lo hizo en su momento, darnos cuenta de que si no entendemos como son las personas y la manera como viven, será imposible que les ofrezcamos servicios adecuados. Por este motivo será necesario eliminar niveles y especialidades para integrar servicios desde el liderazgo comunitario.
Posted by Jordi Varela, editor
Posted by Jordi Varela, editor
Muy interesante: Basaglia atacaba el uso de los psicofármacos como una de las armas de represión del “stablishment”, y ahora su figura y su obra son ensalzados por un vídeo de gran calidad que recoge Jordi Varela y que edita Wellcome Trust (una organización independiente que financia muchos y muy buenos proyectos de investigación)
ResponderEliminarHistóricamente, Wellcome Trust surge de un tronco común que da lugar también a una de las grandes farmacéuticas: GlaxoSmithKline.
La vida es paradójica, y la historia de la medicina, también.
Excelente comentario. Gracias.
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