@varelalaf |
La formación de los médicos en entrevista clínica se encuentra lejos del rigor exigido en otros campos considerados básicos como la estadística, la anatomía o la fisiología. Este es un hecho difícil de entender, dado que es obvio que si un médico no escucha el relato del paciente con profesionalidad, el razonamiento clínico quedará, con certeza, seriamente sesgado, induciendo a pruebas innecesarias y a errores diagnósticos. A pesar de la falta de estudios rigurosos sobre el tema, una revisión sistemática y un meta-análisis sugieren que una comunicación efectiva tiene impacto en los resultados de salud. De las conclusiones de este trabajo se desprende que una relación médico-paciente de calidad es equivalente, o incluso superior, a la prevención del infarto de miocardio atribuible a tomar una aspirina diaria durante cinco años. ¡Eh! Y sin riesgo de hemorragia digestiva.
Las cosas, sin embargo, están lejos de ir bien. Como ya documenté en el post "El monólogo del paciente", los médicos tienen tendencia a cortar el relato de los pacientes antes del primer minuto de la entrevista, haciendo uso de preguntas con respuestas cerradas que no dejan margen a matices, y redirigiendo la información hacia formularios específicos, por lo que muchos pacientes acaban marchando del consultorio sin haber conseguido explicar lo que realmente les preocupaba.
La carencia es conocida y son muchas las aportaciones relevantes del mundo académico para subir el nivel de los médicos en el conocimiento de la técnica de la entrevista clínica. Sin ir más lejos, me gustaría destacar los libros de Francesc Borrell, "Entrevista clínica. Manual de estrategias prácticas", y de Xavier Clèries "La comunicación. Una competencia esencial para los profesionales de la salud", dos textos que aportan mucha metodología y casuística en esta línea. Calvin Chou, profesor de medicina de la UCSF explica, sin embargo, en "Time to start using evidence-based approaches to patient engagement" que la adquisición de habilidades en entrevista clínica en programas de post-grado es un asunto complejo, ya que para cambiar actitudes no basta con adquirir conocimientos, sino que hay que invertir muchas horas en análisis personalizados con grabaciones del desenlace de consultas reales, asesoramiento en base a las capacidades y limitaciones observadas y debates en grupo para ir consolidando las nuevas habilidades adquiridas. Algunos centros como Mayo Clinic y Cleveland Clinic se hallan inmersos en programas específicos para profesionalizar más a sus médicos en entrevista clínica, de acuerdo con la percepción de que la acción formativa mejora la calidad de la relación entre los pacientes y los profesionales y, por tanto, la fiabilidad de la orientación de los procesos clínicos.
La comunicación médico-paciente debería ser una de las asignaturas fundamentales de la formación médica, con la finalidad de que los estudiantes entiendan, desde un principio, que cada minuto invertido en escuchar, preguntar (de manera abierta) y dialogar, es un tiempo ganado.
Jordi Varela
Editor
Jordi: totalmente de acuerdo con la descripción que haces de la situación. En la Facultad, recuerdo que el instrumento básico para la entrevistar al paciente hospitalizado era la silla, sí si la silla, para tener TIEMPO, junto a la cabecera del paciente. Ahora seguimos teniendo sillas, pero no TIEMPO (no voy a entrar en detalles de nuestro dia a dia que todos vivimos y gestionamos como podemos). Algo hay que hacer, está claro. La comunicación sigue siendo una asignatura pendiente (no sólo de los estudiantes de Medicina) sino de nuestra civilización inmersa en tecnologías que nos alejan, cada vez más, del contacto humano real y que reduce las emociones a simples emoticonos. Muchas gracias y sigámonos COMUNICANDO. Ramon Ravella
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