Foto de Alexas. Fotos en Pexels |
Tras varios años de trabajo buscando el mejor sistema de salud, el autor reflexiona y hace una llamada de atención sobre el hecho de que todos queramos brindar una atención sanitaria segura, coordinada y financieramente sostenible, pero pocos hayan podido lograrlo.
Nuestros sistemas sanitarios comparten ambiciones muy similares: atención basada en el valor que mejore resultados, disminuya costes y aumente la satisfacción de los pacientes; convertir los hospitales en centros que proporcionen salud; centrarse en acciones preventivas más que en tratar la enfermedad; implementar tecnología para hacer nuestra atención más eficiente; empoderar a los pacientes... Sin embargo, a pesar de estas premisas, son escasos los ejemplos de sistemas que estén logrando cambios verdaderamente transformadores.
También refiere que ha podido identificar casos de atención sanitaria excelente, aunque con demasiada frecuencia las personas inspiradoras de estos modelos han sido obstaculizadas, en lugar de ayudadas. Sigue siendo un serio inconveniente para innovar y progresar el que los diferentes actores de los sistemas sanitarios no tengan un propósito compartido. Los cambios se producen, aunque de forma muy lenta, fragmentada y difícil.
Problemas que dificultan un cambio sostenible
Hay tres problemas que impiden, según Britnell, un cambio sostenible a gran escala:
En primer lugar, la propia miopía de nuestras organizaciones, que tienden a pensar que son básicamente buenas. A menudo, sus líderes ven la necesidad de cambio en el resto del sistema y no reflexionan sobre la importancia de transformar su propia “casa”.
En segundo lugar, la tendencia habitual a la realización de cambios transaccionales (hacer las cosas mejor) sobre los cambios transformacionales (hacer mejores cosas). A menudo es más fácil y menos amenazante realizar cambios pequeños, aparentemente importantes, que un cambio transformacional que producirá una mejor atención y aportará valor.
En tercer lugar, los cambios a gran escala rara vez se comprenden. Una visión convincente de un futuro mejor debe generar energía, motivación y comunicarse bien. Generalmente no se implica a profesionales y a pacientes. Empoderarlos es un elemento necesario que muchas veces está ausente, lo que impide poder dar forma a los cambios y desafiar el statu quo.
Tomado de “Why Innovation in Health Care is So Hard” |
Soluciones
El Dr. Britnell cita el informe Crossing the Quality Chasm, publicado en 2001 por The National Academy of Medicine, que identifica y recomienda mejoras en diferentes dimensiones de la atención médica, en este caso de Estados Unidos. Este documento recomienda cuatro ingredientes para un sistema de atención sanitaria de alta calidad, que son extrapolables a cualquier institución:
- Una visión correcta
- El diseño de los procesos clínicos desde la perspectiva del paciente
- La integración de las organizaciones
- La modificación del marco legal y la financiación de las instituciones
Trasladar estas aportaciones a la asistencia y tener éxito en la gestión del cambio no es fácil. Pero, como ya hemos referido anteriormente en este blog, la gestión clínica debe ser palanca y motor de cambios. Aplicar de manera rigurosa las mejores prácticas, abordar los procesos complejos con mecanismos de prueba-error, tomar decisiones en equipo y aprender a cambiar las cosas, también desde lo cotidiano, puede mejorar la efectividad y optimización de nuestros recursos.
En esta hoja de ruta no debería faltar una mirada hacia lo que la atención sanitaria tiene que aprender del mundo empresarial. Parece clave para el futuro de la asistencia reorganizarse en torno a las necesidades de los pacientes de la misma manera que las empresas se reorganizan en torno a las necesidades de los clientes.
También parece interesante reflexionar sobre los motivos para no cambiar. En este sentido es muy recomendable una entrada al respecto escrita por el psiquiatra J. Camilo Vázquez en su blog Anabasis.
Un par de lecturas adicionales. Ya hemos hablado en este blog de Corporate Rebels. Pues bien, los amigos holandeses han sacado su libro en una edición en castellano. Ya no hay excusas para no leerlos y encontrar organizaciones pioneras que decidieron cambiar radicalmente su forma de trabajar y aprovechar de ellas lo que podemos incorporar a nuestras instituciones. Por último, Esencial. Transformando la Gestión en las Instituciones Sanitarias, libro publicado en 2020 cuyo autor principal es Vicenç Martínez Ibáñez. El texto analiza los problemas de nuestro sistema sanitario, plantea alternativas y sugiere una metodología muy operativa para poder implementar cambios.
Cambiar requiere habilidad, voluntad, tiempo y hacerlo mediante un proceso riguroso. Esta es la paradoja del cambio: requiere continuidad y coherencia. Pero mientras nuestros líderes no dediquen tiempo suficiente al cambio y no depositen confianza en los profesionales y en los pacientes, en su capacidad para desarrollar e implementar soluciones sostenibles a los problemas, seguiremos conformándonos solo con una recompensa: sobrevivir. Hay que aprovechar más nuestra energía. No solo para hacerlo mejor, sino para hacer mejores cosas.
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